Imagínate por un momento que llevas una mochila. Mete en ella las cosas pequeñas, todo aquello que guardas en las estanterías de tu casa. Siente el peso de sus correas. Ahora vayamos con algo más grande, los muebles, los electrodomésticos, la televisión de plasma. Termina metiendo algunos elementos un poco más grandes, tu coche, tu casa... Quiero que lo metas todo en esa mochila. Bien, intenta andar.
Ahora quiero que la llenes con gente. Primero los conocidos, amigos de amigos, gente de la oficina, luego mete en ella a la gente en la que confías tus mayores secretos: tus hermanos y hermanas, tus hijos, padres y finalmente tu esposo, esposa, novio o novia. Mételos a todos en la mochila y siente su peso. Está claro: las relaciones son los componentes que más pesan en tu vida. Todas esas negociaciones, discusiones, secretos y compromisos. Mientras más lento nos movemos, más rápido morimos. No te equivoques: moverte es vivir. Algunos animales están hechos para ayudarse uno a otro a sobrevivir, simbióticamente: como los cisnes monógamos.
No somos cisnes, somos tiburones.
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