Tampoco es tan terrorífico como lo pintan. Aquí estuvo Vlad Țepeș "el empalador", más conocido como Vlad Drăculea, Drácula en castellano.
El pueblo tampoco es para tanto, hay un mercadillo en el que se venden postales y regalos típicos, todo ello acompañado de altavoces con gritos de gente y una casa del terror.
Visita obligatoria. :)
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